VENEZUELA.-EL presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó este miércoles haber sostenido una conversación telefónica “cordial” y “respetuosa” con su homólogo estadounidense, Donald Trump, pese al clima de tensión entre Caracas y Washington tras los recientes ataques del Pentágono contra supuestas narcolanchas en el Caribe y el Pacífico, que han dejado más de 80 personas fallecidas.
Durante su programa transmitido por Venezolana de Televisión (VTV), Maduro aseguró que la llamada representa un posible paso hacia la diplomacia y el diálogo bilateral.
“Si esa llamada significa que se están dando pasos hacia un diálogo respetuoso de Estado a Estado, bienvenido el diálogo, bienvenida la diplomacia, porque siempre buscaremos la paz”, expresó el mandatario.
El propio Trump confirmó el domingo que había conversado con Maduro menos de dos semanas antes, aunque sin ofrecer detalles. Este miércoles, desde el Despacho Oval, defendió nuevamente los ataques ordenados por el Pentágono contra embarcaciones sospechosas de actividades ilícitas.
“Apoyo la decisión de inutilizar los barcos y a quienquiera que los pilote”, declaró el presidente estadounidense, justificando la segunda ofensiva contra sobrevivientes del primer ataque, que dejó un total de once tripulantes muertos. Afirmó además que quienes operaban esas embarcaciones “eran culpables de intentar matar gente en nuestro país”.
La Casa Blanca señaló que la operación fue ejecutada por el almirante Frank Bradley y respaldada “al cien por cien” por el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
Cuestionado por los reporteros sobre la posibilidad de sanciones si se confirma que hubo sobrevivientes aferrados a la embarcación cuando fue atacada nuevamente, Trump evitó responder directamente. “Esto es la guerra”, dijo. “Estas personas estaban matando a nuestra gente por millones. Hay mucha gente dispuesta a apoyar destruir esos barcos. Y muy pronto, vamos a empezar a hacerlo también en tierra”.
La revelación de la llamada entre ambos mandatarios se produce en uno de los momentos más delicados en la relación bilateral, marcado por acusaciones mutuas y operaciones militares estadounidenses que Caracas considera una agresión directa.



