SANTO DOMINGO.- El economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, William Maloney, recomendó a la República Dominicana aprovechar la implementación de la reforma fiscal para incentivar la simplificación tributaria, es decir, tomar medidas que hagan más fáciles el pago de impuestos a todos los contribuyentes.
«Por lo general estos sistemas (tributarios) son bastante complejos en la región, así que hay que ir hacia la simplificación; por supuesto, hay que cerrar estos agujeros legales que quedan, para asegurar que sean tan progresivos y eficientes como puedan», manifestó.
En una rueda de prensa para la presentación del informe «Impulso a la riqueza para la equidad y el crecimiento», Maloney destacó que, si bien en los países de América Latina y el Caribe «han habido algunas reformas fiscales», también han habido muchos gastos.
Esto, a su vez, ha incrementado el déficit fiscal de las economías y ha mermado la capacidad de la región para invertir en infraestructura, un indicador que seguirá desmejorando a menos «que los gobiernos actúen».
Maloney también planteó que colocar más impuestos a los multimillonarios es una medida que puede ayudar a mitigar el déficit de ingresos que enfrenta la región, pero no sería una medida significativa, debido a que hay muy pocos multimillonarios.
De los 2,700 multimillonarios que hay en todo el mundo –de los cuales hay 753 en Estados Unidos y 160 en la India–, solo hay 87 multimillonarios en toda la región de América Latina y el Caribe, con una tasa impositiva actual de solo 2 %.
«Vamos a necesitar una mayor ampliación de la base impositiva, poniendo un ojo en la equidad», subrayó el experto.
Crecimiento de la economía dominicana
El ejecutivo del Banco Mundial reconoció que la República Dominicana ha sido una de las economías de mayor crecimiento en América Latina y el Caribe el año pasado, cerrando en 2.4 % en el 2023, dos puntos porcentuales más que lo que el organismo había proyectado hasta entonces, de 2.2 %.
«Crecieron, estamos esperando a que crezcan más el año que viene, así que tienen los mejores números de la región, y eso es muy bueno», manifestó Maloney.
En el informe, el Banco Mundial espera que el producto interno bruto (PIB) dominicano alcance un crecimiento real de 5.1 % al finalizar el 2024, proyectando una ligera caída que lo colocaría en 4.7 % para el 2025, pero que repuntaría al 5.0 % en el 2026.
Esto reviste importancia en un contexto en el que el organismo espera que las economías de América Latina y el Caribe crezcan en solo 1.9 %, al cierre del 2024, 0.7 puntos porcentuales menos que el resto del mundo, que culminaría en 2.6 %, unos prospectos de crecimiento «relativamente flojos».
Maloney observó que ya la región está «ganándole la guerra a la inflación» tras los efectos en la pandemia del covid-19 pero, aún así, los costos de los alimentos y la energía «siguen siendo elevados», con una reducción de las tasas de interés que sigue siendo «lenta», a excepción de Chile.
La banca y las inversiones
En materia del sector bancario, la República Dominicana fue una de las economías –junto a Paraguay y Honduras– que registraron un crecimiento más rápido del crédito luego de la pandemia del covid-19, con tasas que oscilaron entre 9 % y 17 % a inicios del 2024 en estos tres países.
En el resto de la región el sector bancario se mantiene estable, «con algunas señales de estrés» y con un débil crecimiento del crédito en las economías más grandes de la región
En cuanto a la inversión extranjera directa en la región (IED), esta cayó levemente en América Latina y siguen sin crecer, con niveles un 25 % más bajos de los que tenía en el 2011.
Maloney explicó que esto se debe, en parte, a que los impuestos en América Latina y el Caribe son muy altos en comparación con otras regiones, lo que hace que la región presente «un entorno hostil» para los negocios.
«Es difícil, ya de por sí, hacer negocios en Latinoamérica y los impuestos son demasiado altos, limitando la inversión extranjera directa», subrayó.
Sin embargo, la República Dominicana se encontró dentro de la excepción a este panorama junto a Costa Rica. El país recibió 1,400 millones de dólares de inversiones en proyectos totalmente nuevos (greenfield), y está ampliando los sectores de semiconductores y dispositivos médicos.
«Costa Rica y República Dominicana tienen tremendo potencial y crecimiento, con un enfoque creativo para atraer mayor nearshoring», destacó el ejecutivo del Banco Mundial.